Los semáforos en rojo, para mi, como para muchos ciclistas son una señal de precaución, no significan hacer alto total y esperar a la luz verde, como deben hacer los conductores de vehículos automotores. Llevo 35 años practicándolo, desde que vi que otros ciclistas lo hacían —uno aprende de esto por el ejemplo y hay temas sobre los que no se razona mucho, usos y costumbres—, no se trata de violar las reglas, o de ser imprudente, nadie quiere ser arrollado por un auto. Lo malo es que demasiado pocos se preocupan por el más débil, el peatón y evitarle lesiones o cederle el paso por debida cortesía. El presente texto es un razonamiento apelando al sentido común y en favor de que los peatones y ciclistas sean libres de pasarse una luz roja cuando no hay automotores circulando en la vía transversal.
El ciclista está a medio camino entre el peatón y el automotor. Al igual que el peatón, transita movido por sus propios medios de locomoción, las piernas, aunque asistido por una máquina: la bicicleta. El ciclista debe circular por el arroyo vehicular y nunca, jamás por la banqueta. La bicicleta a velocidad moderada cuadruplica la velocidad del peatón y duplica la del trote. Un ciclista puede ir a una velocidad 8 veces mayor a la del peatón: 40km/h contra 5km/h. Así que la masa de un cuerpo humano proyectado a la velocidad de una bici contra otro, tiene suficiente energía para provocar graves daños a ambos.
Automotores vs peatones (o ciclistas) es otra historia, cuando me atropellaron en la bici hace pocos años, en la Cruz Roja me hicieron un panel de estudios muy completo y profundo, pese a que me sentía bien y me habían atendido la fractura del codo. Cuando señalé ésto al médico que ordenaba una tomografía de la cabeza, me dijo: «los atropellamientos siempre son graves y hay que tomárselos en serio, la masa de un auto puede ser muy dañina, usted estuvo inconsciente mucho tiempo, no tiene memoria del hecho y su casco está hecho una mierda, yo tengo un protocolo que seguir», bendita Cruz Roja y el profesionalismo estricto en sus protocolos. Desde entonces quedé así, lo suficientemente dañado de la mollera como para escribir este blog.
Así que, los ciclistas estamos a medio camino entre el peatón y el vehículo motorizado. Podemos ser gravemente dañados o lesionar a una persona, tanto como para matarla. Y yo defiendo que los ciclistas nos pasemos las luces rojas del semáforo, efectivamente, con una regla de oro:
Cede el paso al peatón
El peatón sin distinción de sexo, edad, nivel social, condición física o de salud, religión, fachas y lo que lleve en el bolso, es el Rey, y tenemos la obligación ciudadana y moral de protegerlo, el peatón es lo que serás tu mismo al bajar de tu vehículo momentos después de atropellarlo. Es lo que serás cuando pises el juzgado o el bote. Si te pelaste, cuando vayas al confesionario, y maldito seas, lo que cargarás en tu conciencia —si tienes alguna— con cada paso que des por lo que te reste de vida. Lo mismo aplica si jodes a un ciclista con tu coche, cuando lo más fácil era pisar un pedal, el correcto, el de freno.
Argumentos para pasarse los semáforos
Quienes abogan por la bicicleta lo hacen desde un punto de vista ciclocentrista, claro, ellos son ciclistas entusiastas y el ciclista es la parte débil de la ecuación al circular por el arroyo vehicular. El Reglamento de Tránsito Metropolitano de la Ciudad de México y la sabiduría ciclista nos ceden a los usuarios de la bicicleta el uso del carril completo, aunque el sentido común nos dice lo contrario; el consejo más sano es parar al frente de la fila de automóviles en los semáforos en alto, para garantizar que seamos visibles y de alguna forma detener el tránsito para arrancar con seguridad, pero ésta es una visión ciclocentrista que olvida a los automovilistas, y peor aún, al peatón. Las mediciones de promedio de velocidad del tránsito en la Ciudad de México indican que es de 19Km/h, una persona en bici puede trasladarse a un promedio de 20Km/h razonablemente. En la práctica los experimentos con carreras multimodales han demostrado que ir en bici es más rápido, pero este promedio de velocidad se reduciría drásticamente si los ciclistas tuviéramos que estar detenidos a la par de los autos en los semáforos, volviendo impráctico el uso de la bicicleta. Ahora pasaré no sólo a hablar de la seguridad al circular en bicicleta, además propondré argumentos en favor del flujo vehicular, al evitar que los ciclistas sean un estorbo, cosa importante si se pretende promover este medio de transporte en forma masiva y favorecer la movilidad.
El riesgo mayor que tiene un ciclista es que un auto gire sobre su trayectoria o su humanidad —un cerronazo—, por ello es que al ciclista se le cede el uso del carril completo y por lo cual se recomienda en principio, detenerse delante de los autos. Pero… en contra de lo que se divulga en el Manual del Ciclista Urbano de la Ciudad de México —el cual valoro muchísimo—, y con total incorrección política afirmo que lo menos apropiado y seguro para el ciclista es esperar a la luz verde, a menos que haya coches atravesando.
El problema con el consejo de ponerse al frente de los autos, es que éstos se deben parar antes del paso cebra, así que el ciclista lo ocupa bloqueando el libre paso peatonal, lo que desde el punto de vista del peatón es una marranada.
El segundo problema es que en la Ciudad de México toda vuelta a la derecha es continua. Está permitido pasarse el alto para girar si no hay automóviles circulando por la vía transversal[Actualización: Dic 2015, El nuevo reglamento elimina la vuelta continua]. Si hay un ciclista ocupando el carril, obstruirá a los automovilistas y esto va en contra de la imagen de buenos ciudadanos con los mismos derechos que los automovilistas y por el contrario nos hace ser y ser vistos como estorbos. Mala propaganda y malo para el flujo vehicular.
Aún hay un riesgo mayor, pese a que el Reglamento de Tránsito Metropolitano obliga a los automovilistas a usar el carril extremo del lado que van a dar vuelta, una enorme cantidad de ciudadanos al volante da vuelta desde el segundo y hasta el tercer carril cruzando la trayectoria de otros autos, y lo hacen a toda velocidad para ganar el paso, con la atención puesta en el coche de a lado al que quieren ganarle. ¿Qué pasa si en ese momento hay un ciclista arrancando, o un peatón? Déme un momento para llegar a la siguiente imagen:
Por último, los automóviles aceleran más rápido que un ciclista. Sobre todo si el arranque se hace en una pendiente ascendente. Así que el automovilista tendrá que arrancar más despacio o esperar a que el ciclista avance —como dice la teoría detrás de las recomendaciones—, pero con ello se verá ralentizado el avance vehicular en plena luz verde, lo que nadie quiere.
Usemos el sentido común
Aunque que no nos detenemos a pensar mucho sobre el asunto, y que tal vez los usos y costumbres aparentan no tener su origen en el análisis concienzudo, pero sí en la experiencia y el sentido común —además de que el tráfico no siempre ha sido igual en nuestras ciudades—, la costumbre ciclista de pasarse el alto es razonable a pesar de todo.
Si el ciclista adelanta en luz roja no será un obstáculo para el peatón, claro, siempre y cuando no haya riesgos para los peatones que caminan al otro lado del crucero, no vengan otros vehículos por la vía transversal y no haya un automovilista en el contraflujo dando una vuelta prohibida a la izquierda a toda velocidad. Vamos, no se trata de ganarle a la luz roja sin ton ni son, lo cual en todos sentidos es una estupidez. Tanto como querer ganarle el paso al tren, o saltar desde una altura.
Al avanzar, el ciclista deja el paso libre para facilitar el tránsito de otros vehículos para que ejecuten la vuelta continua. Y se supone, no te echarán el coche encima al llevarlo acabo, pues el problema mayor de las vueltas continuas en la Ciudad de México es que los conductores rara vez se detienen para que pase el peatón.
Cuando el ciclista se pasa el alto, o se adelanta los autos en el cruce, deja tras de sí un espacio suficiente, para que el automóvil pueda arrancar de manera fluida. A lo mejor el ciclista ya va a media cuadra de distancia, a la vez que el auto tiene el espacio para rebasarlo y evadirlo.
Creo que los argumentos vertidos arriba son lo suficiente sólidos y razonables para no impedirle al ciclista pasarse los semáforos cuando no vienen coches por la calle transversal, Y ésta desde luego no es una invitación, de ninguna forma para que los ciclistas traten de ganarle a los coches que atraviesan la calle. Vamos, el asunto serio es transitar seguros y en convivencia con los demás. Ya insulté suficientemente a los pobres automovilistas como para que un ciclista valiente o estúpido se cruce en el camino de uno de ellos al pasarse el alto y lo convierta en un asesino sin deberla ni temerla.
Movilidad y eficiencia
Ya sabes, la inercia, Newton y esas cosas. El mayor esfuerzo que requiere un vehículo es para arrancar, por eso los automotores tienen primera. Una vez que arrancas la inercia opera a tu favor, llegas hasta quinta según sea al caso. Para el ciclista es lo mismo, el mayor esfuerzo lo hace cuando arranca o cuando sube por una loma, que es peor, y lo hace a fuerza de piernas. Así que si nos proponemos como sociedad que la gente llegue a la escuela o al trabajo en bicicleta sin mojar demasiado la camisa por el sudor, debemos permitir que la Física obre en favor de los usuarios de este medio de transporte.
También es sabido que es mejor y más sano un esfuerzo sostenido en términos aeróbicos que hacer fuertes esfuerzos anaeróbicos y detenerse constantemente. Es un tema de eficiencia en todos los sentidos y, si lo que se quiere es que la adopción de la bicicleta como medio de locomoción impacte positivamente en la salud ciudadana, entonces hay que recurrir a la Física también.
Cuando el ciclista sólo disminuye su velocidad en las esquinas para ver el tránsito de los vehículos y peatones que cruzan, en lugar de parar completamente, la pequeña inercia que conserva su movimiento harán que arranque más rápido y con menos esfuerzo. Su pedaleo será más continuo y sudará menos, además, al circular, el viento lo refresca, mientras que al estar parado en una esquina soleada y con el calor de los carros, su organismo se recalentará, lo que es malo para su salud.
También hay que pensar en términos de eficiencia con respecto al tiempo de los traslados, si se le pide a las personas que se suban a una bici para estar parados en cada semáforo, acalorándose, y a lo mejor acalambrándose, añorarán estar sentados en el confort del aire acondicionado de su coche. Si nos quieren vender la idea de que la bici es más rápida como medio de traslado, fufurufo, confortable y que nos regresará las horas de vida que nos roba estar sentados en el auto, no nos detengan en los semáforos. Sabemos lo que hacemos, o eso creo.
Actualización de diciembre de 2015
El nuevo Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México atinadamente señala lo siguiente:
Artículo 16.- Los ciclistas que vayan a cruzar una vía secundaria en cuya intersección la luz del semáforo se encuentre en rojo o en la que exista un señalamiento restrictivo de “Alto” o “Ceda el paso”, podrán seguir de frente siempre y cuando disminuyan su velocidad, volteen a ambos lados y se aseguren que no existen peatones o vehículos aproximándose a la intersección por la vía transversal. En caso de que existan peatones o vehículos aproximándose, o no existan las condiciones
de visibilidad que les permita cerciorarse de que es seguro continuar su camino, los ciclistas deberán hacer alto total, dar el paso o verificar que no se aproxima ningún otro usuario de la vía y seguir de frente con la debida precaución.
Referencias
- ITDP, Bicitekas. Desafío Multimodal. Búsqueda en Google.
- Areli Carreón García, Agustín Martínez Monterrubio y Xavier Treviño Theesz (Bicitekas). Manual del Ciclista Urbano de la Ciudad de México.
- Wikipedia, Inertia. (Lo pongo en Inglés porque la página en Español es basura informática).
- Dave Moulton. Don’t be a gutter bunny.
- Reglamento de Tránsito del Distrito Federal (Vigente desde 2015-12-15)
Nota: Los dibujos son de mi mano y se pueden usar libremente, sin restricciones.
Me equivoqué, un poco con intención y alguien me lo señaló discreta y cordialmente enviándome un link al Reglamento de Tránsito Metropolitano vigente (20/06/2007). En las gráficas donde puse un ciclista esperando el cambio del semáforo, lo hice poniéndolo sobre el paso cebra, cuando el reglamento señala claramente que nos debemos detener en el área de espera, en mi descargo sólo me atrevo a decir que considero que estos artículos del reglamento se refieren a los cruceros de Amsterdam, nunca he visto un área de espera para ciclistas en la Ciudad de México. Una cosa es lo que ponen los políticos en letra y otra que ellos cumplan las leyes que ellos mismos decretan habilitando los mecanismos previstos en ellas.
El autor
Interesante reportaje. Independientemente de todas las medidas de seguridad y de respetar al peaton… siempre se debe hacer el doble check en cada esquina donde se quiere pasarse el alto. Se vale pasarse el alto pero sin afectar a terceros y con mucha responsabilidad… hay que revisar los 180 grados que tenemos enfrente, todo el tiempo…
Gracias