Decir bicicleta urbana o ciclismo urbano es casi un sinsentido, si no fuera por el surgimiento del ciclismo de montaña y porque el uso de la bicicleta prácticamente fue relegado al deportivo y recreativo por obra del automóvil. El ciclismo en esencia es urbano, se originó para los traslados en pueblos y ciudades. Gracias a la presión de clubes ciclistas en Estados Unidos y Reino Unido se pavimentaron las carreteras, lo que no se hizo originalmente para los coches, y éste, es un proceso de urbanización. El ciclismo de montaña o fuera de carretera es un fenómeno moderno que nace en las postrimerías de los 1970 y toma impulso en los 1980, la bicicleta de montaña aún está en intensa evolución y han aparecido especialidades.
Otra forma diferente al ciclismo urbano es el de ruta, que se realiza en carreteras y caminos, de ahí su nombre: road cycling en Inglés o cyclisme sur route (carretera) en Francés, de donde pasó al Español como ruta. Floreció en Francia a principios del S. XX y de ahí llega hasta nuestros días, con formas más urbanas como las competencias Criterium.
Así que por razones de mercadotecnia o para especificar modelos de bicicleta más aptos para la ciudad, se ha puesto de moda la acepción ‘Ciclismo Urbano’, que también se usa para atraer a los habitantes de las ciudades al uso de la bici en sustitución del automóvil.
La bicicleta de montaña, que nació para ser usada en el cerro, para descensos por veredas escabrosas o sin ellas, ha estado de moda durante años para su uso en la ciudad, y paradójicamente resulta la más inadecuada para este propósito y aún más las imitaciones baratas de verdaderas bicicletas de montaña que son lo que más abunda. Por muchas razones, la bici de ruta es mucho mejor para este efecto, aunque no ofrece una posición de conducción erguida, que es la ideal para poder vigilar el tráfico que viene de atrás y usar una vestimenta formal. Así que, efectivamente, hay bicicletas propiamente urbanas, pero haberlas, las ha habido siempre.
Neo Ciclismo urbano
Hay una tendencia de bicicletas que consiste en réplicas de modelos antiguos, las llaman vintage, bintach, retro o como se diga, que algunas tiendas venden baratas y las hay donde venden bicis corrientes como si de verdad fueran de lujo, a causa de la moda. También las hay buenas, por lo cual hay que ser selectivos al comprar. No son la mejor opción, resultan pesadas, poco prácticas, sus componentes muchas veces son lo peor de la calidad china e hindú. Son en su mayoría rodada 26″, pues se derivan de modelos cruiser o playeras americanas, tienen todos los inconvenientes de una bici antigua y no se aprovecha la nueva tecnología, además es un tipo de bicicleta recreativa, no muy adecuada para transportarse.
En la actualidad siguen vendiéndose y han resurgido las bicicletas tipo inglés, holandés y alemán, que son las más adecuadas para hacer ciclismo urbano y circular con vestimenta formal, se montan en posición erguida y son confortables. Hay que buscar las de buena marca, bien equipadas, que no siempre se encuentran.
Afortunadamente las marcas reconocidas han tomado vela en el entierro, ante el resurgimiento del ciclismo urbano, y ahí, la historia cambia. El diseño de avanzada en bicicletas ha traído en tiempos recientes variantes radicales en comparación con las bicicletas urbanas originales. Estos diseños toman lo mejor de la bicicleta de ruta y de montaña, recombinándolos en bicicletas específicas para hacer ciclismo urbano como una especialidad, las llamaron híbridas.
Suelen tener rodada 700C, al igual que la bicicleta de ruta, que ofrece un desarrollo más adecuado para el pavimento y largas distancias. Las llantas no tienen tacos y la diferencia con las de ruta consiste en que encajan anchos de cubierta de 28 y hasta 32mm, el diseño del cuadro está a medio camino del de montaña y el de ruta, generalmente sin suspensión que en ciudad no es necesaria.
Los manubrios son de bicicleta de montaña y permiten una posición erguida, también toman de la MTB las palancas de cambio y freno. La transmisión es típica de MTB aunque de gama baja, lo que permite subir cuestas cómodamente o llevar carga. Las más acabadas usan cambios internos, como Alfine y Nexus de Shimano que compiten con la tradicional Sturmey Archer, la cual no vemos por estos lares desde aquella versión de tres velocidades por ahí de los 1960. Además, el ciclismo en ciudad no es una competencia, se debe ir a un paso moderado por tranquilidad y para no llegar sudoroso al destino.
La mayoría se equipan con parrillas de carga y salpicaderas. En México tenemos acceso a varias marcas extranjeras, pero la mexicana Alubike ha entregado unos modelos estupendos en la serie Spicy, a las que critico la falta de tallas disponibles, como a todos los fabricantes y vendedores mexicanos.
Estos nuevos diseños dedicados a la ciudad, y eventualmente para caminos de grava y terracería reúnen años de experiencia en construcción de bicicletas y avances tecnológicos como son cuadros de aluminio, frenos de disco y sistemas de transmisión muy eficientes.
Del cielo al underground, las fixies
La bicicleta de pista es la de mayor pedigrí. Pensada y fabricada exclusivamente para competencias en los velódromos, sirve para las pruebas de velocidad más especializadas en campeonatos mundiales y olimpiadas. Es la expresión misma de la pureza, y paradójicamente por esto mismo resultó la bicicleta ideal para los mensajeros neoyorquinos que a partir de ella construyeron una cultura, una forma de vida. La llaman fixie por su característico piñón fijo, falto de rueda libre, lo que te obliga a pedalear continuamente mientras la bici siga rodando. Esta cultura se ha extendido por el globo terráqueo y es el ciclismo urbano puro y por excelencia para el underground y los hipsters.
Este tipo de bicicleta también tiene como característica la falta de frenos, que en los velódromos están prohibidos, y parecería un sinsentido absoluto rodar con una bicicleta carente de frenos en el tráfico intenso, pero esa es la característica más atractiva para quienes la usan: Livi’n in peril.
La bici de pista resultó ideal para estos jóvenes por su sencillez, su minimalismo, hay poco mantenimiento que hacer y menos piezas susceptibles de averías.
Una versión menos brutal es la single speed, que tiene rueda libre y frenos. Una bicicleta con rueda libre a diferencia de la de piñón fijo no se puede frenar con la fuerza de las piernas.
Tiene una ventaja parecida a la bicicleta de ruta, su agilidad y sobre todo un manubrio estrecho que deja pasar entre los coches con mayor libertad.
Sugiero al lector que haga una búsqueda por «Lucas Brunelle» en Youtube.
De montaña pa’banquetear
El argumento: «Es buena para banquetar» lo he escuchado de varios ciclistas urbanos para fundamentar su preferencia por la bicicleta de pseudo-montaña para usarla en la ciudad. Estoy seguro de que ninguno de ellos ha rodado por una vereda montañera en su vida. Banquetear equivale a circular por las aceras, que es la expresión más imbécil de ciclismo por el riesgo que conlleva para los peatones. Las bicicletas son vehículos con los que se debe circular por el arroyo vehicular. Esta práctica no es ciclismo, es vandalismo.
Además, cualquier ciclista mediano de ruta es capaz de subir a una acera de un salto, que no es el caso. Lo mismo para volar sobre un bache, así que el peso excesivo de la suspensión, el efecto negativo que implica para absorber eficientemente el esfuerzo del pedaleo, los corrientísimos cuadros de esas imitaciones baratas de bici de montaña, siempre me han parecido una pésima idea.
Banquetear es una cobardía, porque se rehuye al coche y se violenta al débil, el peatón, o peor un niño o un anciano. No digo más.
La bicicleta urbana oficial
Los sistemas de alquiler de bicicletas compartidas en algunas urbes, como es el caso de EcoBici en la ciudad de México han traído consigo diseños particulares que han venido a ser algo así como el concepto oficial de bicicleta urbana, equipada con luces y generadores; salpicaderas, una forma de canastilla y el sistema de fijación a las bici estaciones, este mismo diseño lo he visto en Washington cuando era SmartBike DC —aunque ahora hay un diseño y sistema nuevos—, y es el mismo del sistema Bicing de Barcelona en España. Las parisinas Vélib’ me parecieron unos armatostes infumables.
En otros países como Alemania y Holanda, la bicicleta urbana para ciudad es obligatoria. Una de mis bicicletas de ruta que es una Focus alemana —de carreras pura sangre—, tiene una etiqueta con la leyenda que reza: «Dieses Rad darf nitch aus öffentichen Straßen benuzt werden» (Esta bicicleta no debe utilizarse en la vía pública). Aparentemente en Holanda aplica algo similar, Global Cicling Network tiene un video muy divertido que ilustra esto. Los presentadores usan bicicletas urbanas en lugar de deportivas para la vista previa del la 1ª Etapa del Giro de Italia 2016, porque es obligatorio «por ley» usar bicis decentes, después de todo, se sienten es su derecho, ¿ellos inventaron la bicicleta holandesa, o no? No. La llamada bicicleta holandesa en realidad es inglesa.
Para mi gusto, estos germanos son demasiado civilizados. Y mira que tanto Holanda como Alemania tienen historia en el ciclismo deportivo, grandes estrellas históricas y presentes, ambos en Ruta y también en pista los segundos.
Si me lo preguntan, para mi, desde siempre, la bicicleta ideal para la ciudad es una de ruta hecha con Cromoly. Es por costumbre, por su velocidad característica de una bici de carreras, porque es ideal para las grandes distancias y versátil en una ciudad plantada en un valle, el del Anahuac, rodeada por la Sierra de Chichinautzin y la Sierra de las Cruces, lo que implica subidas en algunas zonas que frecuento.
Peso y almacenamiento
Un factor importante en las bicis es el peso, los ciclistas de competencia procuran bicicletas ligeras, a veces hasta el límite y los ciclistas urbanos, excepto los fixeros, no. El peso es importante a la hora de almacenar la bicicleta y este es un factor que todo ciclista debe tener en cuenta. El siguiente es un artículo extenso de mi autoría sobre el almacenamiento de la bicicleta en Enbiciados Bike, que sé, será de interés para el lector: